El 30 de abril de este año se estrenó en España Los Vengadores: la Era de Ultrón, la
continuación de la historia de unos superhéroes que se unen con el fin de
salvar el mundo. el director es el mismo que el de la primera parte, Josh
Whedon, que también dirigió las series Buffy
cazavampiros y Firefly, además de
ser el guionista de Toy Story.
La película es de Marvel
y constituye el segundo intento de la productora de unir todas sus historias en
un largometraje, que colabora con la consolidación de una de las mayores
franquicias de todos los tiempos. Algunos críticos afirman que han hallado un
nuevo modo de crear sagas. La pega respecto a esto es que no se le ve un fin a
las aventuras de los superhéroes.
Al ver el principio la impresión es más parecida a la de
estar ante un videojuego que ante una película. Consideramos que es flojo, que
rellena con escenas de acción sin parar y que su verdadero propósito es la
presentación de personajes, que ya conocemos de otros largometrajes. Tan solo
se trata de una tapadera para introducir a dos nuevos personajes.
Cada uno de los vengadores sigue con el mismo perfil que en
otras películas, a pesar de haber pasado por situaciones cuya huella se debería
notar en su personalidad. De nuevo, el triunfador del súper-equipo es Iron Man, aunque el Capitán América y Thor se han
hecho un hueco en el Olimpo, formando el trío esencial de la historia y dejando
al margen a Hulk, la Viuda Negra y Ojo de Halcón, cuyo protagonismo se basa en relaciones
sentimentales sin sentido.
Los dos nuevos personajes de la saga son Mercurio y la Bruja
Escarlata, que tiene mucho más protagonismo que su hermano, al igual que todos
los vengadores. Mercurio representa la pelea existente entre 20th Century Fox y
Paramount, que ya se palpaba en X-Men:
días del futuro pasado, donde aparece Mercurio aparece encarnado por Evan
Peters, cuya interpretación lleva mucha ventaja a la de Aaron Johnson, el actor
que sale en Los Vengadores.
Sin embargo, el que más consigue destacar es Ultrón, el
antagonista de la película, que simboliza el alter ego de Iron Man. Sin duda nos parece un auténtico villano, ya
que, además de imponer mucho y tener el típico propósito malvado de destruir el
mundo, consigue que el espectador empatice con él y entienda su causa.
El guion tiene mucho más fondo que el de la primera parte,
mezclando reflexiones sobre la existencia humana y la vida artificial. En la
primera entrega, el guion se centró más en toques humorísticos y escenas de acción,
mientras que esta va enfocada a asuntos más serios y nos adentra en los
personajes. A su vez, trata de retomar la posibilidad de que haya desavenencias
entre los miembros del equipo y, de nuevo, esta idea no culmina. Respecto al
humor, hay algunos chistes que no vienen a cuento y el único que triunfa en
este aspecto, como siempre, es Iron Man.
En esta película no faltan las escenas de acción. Después de
haber visto las escenas de Mad Max: Fury Road
uno aprende a distinguir cuándo una escena de acción está bien rodada y cuándo
no. Algunas partes de la película no se ven bien, no de manera tan exagerada
como en Transformers ni mucho menos
pero a veces ocurre.
El epílogo de la
película responde al deseo de Marvel
de continuar la saga, pero no han sabido cómo hacerlo para que no quedase
forzado.
En definitiva, la película nos ha parecido entretenida y ha cumplido
lo que prometía, aunque sinceramente no destaca y por esa razón muchas personas
consideran que la primera es mejor que esta, puesto que se trataba de algo
novedoso. No obstante, La Era de Ultrón
es menos banal que su predecesora.
Nuestra nota: 7 sobre 10
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