viernes, 22 de mayo de 2015

Reservoir dogs: menos es más

Reservoir dogs es una película que fue dirigida por Quentin Tarantino y se estrenó en 1992. Fue su primer trabajo como director, aunque había escrito los guiones de dos películas anteriormente. Tiene la virtud de permanecer en la memoria del espectador, proporcionando nuevos referentes, nuevos caminos para desmenuzar su significado y sobre todo nuevas propuestas de interpretación.

Quentin Tarantino es un cinéfilo de videoclub, amamantado con el cine de explotación de los años setenta, sin referencias existenciales a los títulos más clásicos. Tarantino no es una de las personas que se emocionan viendo el final de Casablanca. Su mundo, al menos como lo muestra en este primer largometraje y en sus guiones Amor a quemarropa y Asesinos natos, es  otro, muy distinto y totalmente ajeno a la cinefilia convencional.

Es un director influido por las películas de los años setenta, intenta coger todos los elementos e incluso a veces plagiarlos. No obstante, cabe plantearse si lo que algunos críticos han tachado de falta de imaginación o pura incompetencia creativa de Tarantino, no es en realidad la intención de moverse siempre en un terreno familiar, recreando la propia memoria  en un ejercicio de recuperación que atiende más al guiño y al juego con el espectador que a la más descarada práctica de plagio. En resumen, lo que busca es reproducir aquello que le gusta hasta confeccionar su propio microcosmos.

La historia gira en torno a una banda de delincuentes que son contratados para llevar a cabo un atraco. Sin embargo, la operación no sale según lo previsto y esto dará lugar a situaciones de lo más variopintas.

El argumento de este largometraje es un arma de doble filo. Unos podrán tacharlo de escueto, ya que en el curso de los acontecimientos prima lo simple; el director no se anda con rodeos y va al grano continuamente. Sin embargo, otros encontrarán en esta sencillez una forma sublime de hacer cine, debido a la capacidad del director de sacarle tanto partido a asunto no muy complejo.

No hay excesivas preocupaciones creativas porque cuando planifica un argumento en realidad está jugando con los personajes, con las situaciones y con el diálogo; no hay reflexiones existenciales, no mira el profundo pozo del alma y no le interesan las tragedias cotidianas. Él mismo no se toma en serio sus historias, tan solo bromea. Para él, el cine es un juego y esa diversión es la que el público percibe en sus películas. Es la característica que sus seguidores agradecen y probablemente ese descaro creativo es lo que ha convertido a Quentin en unos de los directores más importantes del cine contemporáneo.

Uno de los puntos clave es la manera de narrar los hechos. Tarantino usa diferentes líneas de acción para ir completando poco a poco la historia. Vuelve atrás en el tiempo, regresa al momento actual y ofrece los puntos de vista de los diferentes personajes, lo que le da mucha riqueza al relato. Además, el guion (una de las fortalezas de Quentin) hace de la película un thriller envolvente en el que unas situaciones, que por su naturaleza deberían ser tensas, saquen a la luz nuestro sentido del humor.

Lo  que caracteriza a las películas de Tarantino son sus diálogos. Es imposible olvidar la conversación que mantienen los dos asesinos de Pulp Fiction valorando las consecuencias eróticas de un masaje en los pies o la calidad de las hamburguesas europeas frente a las norteamericanas. Del mismo modo, uno no se olvida de cómo comienza Reservoir Dogs, con el discurso sobre el verdadero significado de la canción de Madonna Like a Virgin que da el propio Tarantino, desdoblado en el papel de director, guionista y actor.

La banda sonora hace regresar al espectador a los 70 y le confiere dinamismo al hilo argumental.

La gente critica a Tarantino por ser demasiado violento, pero con la agresividad de sus personajes en realidad está parodiando el cine de acción. Además, no se puede considerar que sea una violencia que pueda ofender al espectador, debido a que suele estar justificada.

Finalizamos este post con una frase que Tarantino dijo en respuesta a la pregunta de por qué pone tanta violencia en sus películas. Su contestación fue: “Porque es mucho más divertido”.


La calificación que le damos a este largometraje es un 8 (media de 7 y 9).

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