miércoles, 18 de noviembre de 2015

Pan: Viaje a Nunca Jamás

Los adultos que disfrutaron durante su infancia de la película Peter Pan de Disney esperaban con deseo el estreno de Pan. Sin embargo, la precuela de la historia del niño que nunca crecería ha resultado un fiasco en cuanto a recaudación se refiere, ya que es candidata a conseguir el primer puesto de las películas con mayores pérdidas de 2015.

Este filme, dirigido por Joe Wright (Anna Karenina, Orgullo y Prejuicio…), lo tenía todo: un reparto de actores reconocidos, presupuesto, una historia mundialmente conocida sobre la que basarse… No obstante, el hecho de que se trate de un clásico de la literatura, el cine y el teatro ha sido un arma de doble filo. Las películas que narran los antecedentes de otra obra deben ser mínimamente fieles a los datos originales y esto en Pan no ocurre. Estamos de acuerdo con que quieran innovar y elucubrar sobre el pasado de Peter, pero lo que consideramos incorrecto es que haya errores cronológicos. No se puede permitir que sitúen la marcha del protagonista a Nunca Jamás en la Segunda Guerra Mundial cuando la obra de teatro fue creada en 1904. Además, si nos fijamos en la segunda entrega de Peter Pan de Disney, Regreso a nunca jamás, Wendy es adulta y tiene una hija. Cuando la niña va a Nunca Jamás es en la Segunda Guerra Mundial, con lo cual hay un error cronológico. La única excusa que se puede poner es que en Nunca Jamás el tiempo no transcurre igual que en la Tierra, pero tampoco es una quinta dimensión donde se puede jugar con el tiempo y el espacio (al menos no lo especifican) por lo que Peter no pudo ir al pasado a por Wendy.

Existen muchos fallos que pueden ser considerados meros gazapos pero nosotros los vemos muy graves, como que la actriz que interpreta a Tigrilla, Rooney Mara, sea más blanca que los War Boys de Mad Max, ya que su personaje es una chica india futura  jefa de su poblado.

La verdad es que, cuando empieza la película, todos esperamos un momentazo: Hugh Jackman interpretando a Barbanegra, que resulta ser un antagonista muy mal definido y sin ningún momento culmen (aún así Hugh lo hace genial),  excepto cuando entra con la canción Smell Like Teen Spirit de Nirvana. No podíamos habernos decepcionado más con este momento tan esperado… Nos quedamos sin palabras al escuchar la traducción de la canción al español, cuyo resultado era algo más o menos así: Hello, hello, hello, qué bajón. Sin palabras. Después suena la canción más famosa de los Ramones, que no pega nada con la situación, y ahí sí es fiel a la letra sin traducciones ni nada. Nosotros pensamos que en la banda sonora de los piratas se intentó introducir rock de una manera muy forzosa y, al contrario de lo que esperábamos, el resultado fue desastroso.

Pan lo único que tiene de interesante es una frase que dice Barbanegra, en la que da a entender que Nunca Jamás es el cielo de los niños, una idea que ya se insinuaba en la obra original Peter Pan. Además la frase está respaldada por el hecho de que los niños estuvieran en un orfanato durante un bombardeo en el momento en el que marchan a Nunca Jamás.

Pan aparte de contar el origen de Peter pretende hacer lo mismo con Garfio y con la relación de ambos, es decir, explicar cómo los dos acaban siendo enemigos. Nosotros queríamos ver algo como lo que vimos en X-Men: Primera generación con Erik y Charles, pero finalmente (perdón por el spoiler)  no lo explican, dejan todo en el aire como si pretendiesen continuar la historia en una secuela, algo bastante cuestionable después del fracaso de taquilla. Aparecen muchos guiños a la mano del futuro capitán (él cogiendo un garfio, Pan diciendo “tic tac”, los cocodrilos rondándole…) pero al final no ocurre nada.

Pan es sin duda la mayor decepción del año que (esperemos) caerá en el absoluto olvido.


Nuestra nota: 5 

jueves, 12 de noviembre de 2015

Netflix, ¿sí o no?

Netflix por fin ha llegado a España. Es una plataforma digital que permite ver películas y series en cualquier momento y de cualquier forma, es decir,  es como si tener un videoclub en casa.  Su precio no es elevado, ya que por 7,99€ al mes se puede acceder a todos sus servicios, aunque para ver los contenidos en calidad HD la tarifa a pagar es un poco mayor.

Tiene un amplio catálogo de películas y series, pero no tiene todas las series del mundo ni tampoco las películas de estreno, ni siquiera algunas que salieron el año pasado. Poco a poco irá aumentando su oferta en España hasta igualarla con la de Estados Unidos y otros países en los que opera desde hace años. La adquisición de los derechos de productos audiovisuales es muy complicada, con lo cual es comprensible que a Netflix le quede aún mucho camino por recorrer, sobre todo para conseguir las series de HBO o AMC. Las razones por las que estas dos cadenas se resisten a que sus series aparezcan en la plataforma se desconocen. Puede ser que no les beneficie económicamente o bien que opinen igual que Quentin Tarantino, que odia este tipo de servicios, ya que es defensor de los videoclubs y de los formatos físicos. Nosotros también somos partidarios del formato físico, pero en el caso de las series es diferente. En España seguir una serie por televisión se puede convertir en una ardua tarea, puesto que los horarios cambian muchas veces. Netflix nos permite ver una serie cuando se nos antoje y, además, legalmente.

Otro aspecto importante es la legalidad de Netflix. En España la piratería es muy común y no porque queramos descargarnos películas por internet, sino debido al elevado porcentaje de IVA aplicado a la cultura. La semana pasa la fiesta del cine demostró una vez más que el cine es un tema de interés para los españoles y que si los precios bajasen estos lo frecuentarían más.


Creemos que Netflix es una plataforma con muchos puntos fuertes, como su legalidad y precio. Aún le falta mucho por madurar, pero, sin duda, en unos años la mayoría de los "seriéfilos" españoles la utilizarán.

domingo, 1 de noviembre de 2015

El juez

El largometraje se estrenó en 2014, fue dirigido por David Dobkin y protagonizado por Robert Downey Jr. y Robert Duvall. A David Dobkin puede que no le conozcan debido a que esta es su primera película seria, siempre se ha dedicado a comedias de baja calidad, pero empezar con Robert Duvall y Robert Downey Jr es como se dice entrar por la puerta grande. Se trata de un drama que comienza cuando Hank Palmer (Robert Downey Jr.) regresa a su tierra natal, un pueblo de Indiana en el que vive la familia de la que tantos años ha estado desconectado.

Si bien la película ha pasado algo desapercibida por las carteleras, a pesar de estar durante la fiesta del cine del año pasado, tenemos que decir que cuenta con actuaciones brillantes del reparto principal. Los actores consiguen crear la facilidad para que el público empatice con sus personajes. El actor que más destaca es Downey pero también puede ser porque hace de él mismo. Durante la película nos dimos cuenta que la historia del personaje era sumamente parecida a la del actor. Es un actor que ha demostrado que puede realizar películas dramáticas como estas pero, aún así, no llega a ser perfecto porque sigue teniendo ese toque humorístico que creemos que le perseguirá para toda la vida. Con respecto a Duvall, este continúa en su línea, pero sin destacar mucho. Como personaje secundario también destaca Vera Farmiga, aunque su personaje es tan simple que no puede pretender que destaque.

En este clima de reciprocidad entre los personajes y los espectadores también tiene que ver el guion, aunque hay que decir que este ha sido criticado por ser estereotipado y simple. El juicio no es más que una excusa para mostrarnos un drama sobre un padre avergonzado de su hijo y este intentando ganar su aprobación. Además el guion intenta hacer que los dos personajes principales te caigan bien, pero utiliza acontecimientos que son muy estereotipados y forzosos. Sin embargo, sin saber cómo, el guion engancha y crea la necesidad en el público de saber qué pasará al final.

A simple vista, el espectador podría mostrarse un tanto reticente a ver el filme, ya que da la apariencia, al tratar principalmente sobre juicios, de poder resultar tedioso. Sin embargo, esto no es así, ya que se conecta con la trama y conforme avanza se está más interesado por el rumbo que tomarán las vidas de los personajes. Otra cosa que nos echa atrás es su duración de dos horas y media, pero no utilizaríamos la tijera en ningún momento, salvo en el epílogo, que está muy mal planteado e intenta forzar todavía más el final.

Para concluir, advertimos de que este largometraje no es una película sobre juicios donde la emoción está en el veredicto final, sino que se cimienta sobre una relación entre un padre y su hijo. Por ello, consideramos que es un "dramón" familiar camuflado en un drama judicial. Aun así, puede llegar a ser entretenida e incluso recordada durante un tiempo.

Nuestra nota: 7,5

lunes, 5 de octubre de 2015

Operación U.N.C.L.E.

Las películas de espías están pegando fuerte este año (Kingsman, Nación Secreta, Spectre…) y Guy Ritchie no podía quedarse sin su parte del pastel. A diferencia de los demás, el director de Sherlock Holmes con Operación U.N.C.L.E. se propone trasladar al espectador a la auténtica era del espionaje: la Guerra Fría. Henry Cavill (El hombre de acero) y Armie Hammer (La red social) dan vida a dos trabajadores del servicio secreto, uno del americano y otro del ruso, que deberán trabajar en común para acabar con una organización nazi cuyo objetivo es destruir la Tierra. A primera vista podría parecer que estamos ante un argumento muy típico, pero hablamos de Guy Ritchie, el director de obras como Snatch, cerdos y diamantes, Lock & Stock, Rocknrolla  o Sherlock Holmes. Sin embargo, no os esperéis una película como Snatch o Rocknrolla, ya que estas forman parte de una etapa pasada para él. Ahora nos encontramos ante un director comprado por la productora Warner Bros que, aunque siga introduciendo guiños en sus creaciones y haciendo buen cine, ha pasado al ámbito del cine comercial.

La historia se basa en una serie de los años 60 con el mismo nombre. Durante muchos años la Warner, que posee los derechos de aquella serie, ha querido llevarla al mundo cinematográfico. Muchos directores, entre ellos Steven Soderbergh quisieron dirigirla, puesto que para algunos había sido la serie de su juventud.

La película tiene una introducción muy similar a la de las películas de James Bond. Empieza en mitad de una misión de la que no sabemos nada y que, a pesar de esto, nos engancha. Este comienzo (a diferencia de los de las películas de Bond) describe a los personajes y sus habilidades valiéndose de algunas herramientas como los flashbacks, pero sin abusar de ellos. Además de presentar a los protagonistas, el inicio imparte una breve clase de historia resumiendo con la ayuda de imágenes la situación entre EE.UU. y Rusia en aquella época.

Los personajes se basan en estereotipos. El papel de Napoleón Solo, encarnado por Henry Cavill, es una imitación de James Bond pero sin la elegancia inglesa y americanizando al personaje. Además el papel de Solo fue creado por Ian Fleming, conocido por ser el creador de James Bond. Según sus palabras, “Napoleón Solo es una versión de James Bond televisiva”. Napoleón Solo tiene carisma, sofisticación, eficacia y una enorme debilidad por las mujeres hermosas. Para Cavill no presentó ningún problema interpretar a este personaje.
En el papel de Illya Kuryakin tenemos a Armie Hammer, que interpreta a un agente soviético. La gracia principal de la película es mostrar la diferencia entre los dos espías. Illya tiene que ser todo lo contrario a Solo; debe ser frío, serio y además tiene un pasado turbio. Su pasado quizás es lo que más atrae del personaje porque nos muestra lo perturbado que está y esto capta el interés. Otro elemento con el que Armie acierta de pleno es un tic que le da a su personaje cuando está muy enfadado y en cualquier momento puede estallar.

El guion no es muy elaborado pero engancha. Tiene todos los matices que tienen las películas de espías, pero seamos sinceros, la mayoría de las personas no fueron a ver el filme por su trama sino por su director o por sus actores. En esta película lo importante no es el guion sino la dirección y Guy Ritchie supera la prueba con creces.

Como mencionamos anteriormente, Guy Ritchie ya no es el que era. Puede volver a serlo y no perderemos la esperanza, pero de momento se está defendiendo bien en el cine comercial sin abandonar su estilo e intentando experimentar y buscar otros nuevos. Una muestra de estos experimentos es un momento donde los protagonistas, junto con un ejército, se proponen entrar en “la guarida de los malos”. En una película muy comercial la entrada duraría unos quince o veinte minutos y estaría plagada de disparos y explosiones. Guy Ritchie nos muestra en tan solo un minuto el proceso. Utiliza la técnica que utilizo Ang Lee en Hulk, pero sin abusar de ella y de manera justificada. Algunas personas dicen marearse al presenciar esta técnica y puede que sea así, pero es un recurso muy bien utilizado en esta película, ya que el director no se centra en las explosiones, las armas… Estábamos viendo una película de Guy Ritchie, no de Michael Bay.

Nuestra escena favorita es la más simple de todas. Se basa en la huida de Armie Hammer de los antagonistas, mientras observamos a un Henry Cavill que, a poca distancia del conflicto, disfruta de un bocadillo en un camión con una balada italiana de fondo. Se trata de otra escena donde Ritchie no quiere que mostrar simplemente la acción y si la muestra, es de una manera muy sutil.

Para concluir, queremos insistir en que no es una simple película de agentes secretos y os la recomendamos.


Nuestra nota: 8

martes, 11 de agosto de 2015

Jurassic World

Jurassic World es la nueva película de la saga que comenzó Steven Spielberg en 1993, Jurassic Park. Este largometraje está dirigido por Colin Trevorrow y protagonizado por Chris Pratt (Guardianes de la galaxia) y  Bryce Dallas Howard (Criadas y señoras).

Antes de ver Jurassic World había mucha expectación por parte de los fans. Para muchos Jurassic Park es la película de su infancia y no querían llevarse un fiasco al igual que con la segunda y la tercera entrega. Esta producción ha sufrido muchos vaivenes; ha tenido muchos abandonos, cambios y cancelaciones. Llevamos escuchando que van a hacer la cuarta entrega de Jurassic Park desde hace más de 5 años y finalmente aquí está. Una vez creada la película se sucedieron muchos intentos de convencer al público de que se trata de una novedad y de que no seguirá el fracaso de sus predecesoras sino que será una digna sucesora del primer largometraje. En parte se hicieron con la confianza de la gente, aunque no lo suficiente.

En nuestro blog le damos mucha importancia a los comienzos de las películas, ya que para nosotros el principio es clave y en el caso de Jurassic World nos quiere dejar con la boca abierta, pero no mostrándonos dinosaurios como hizo Spielberg, sino llevándonos a soñar con un parque por el que daríamos nuestros bienes más preciados. Además la banda sonora, encabezada por Michael Giacchino nos saca una sonrisa al incluir toques de la melodía original de John Williams.

El protagonista de la película, Chris Pratt, desempeña muy bien su papel, si bien hay que tener en cuenta que su personaje no da más de sí y que no se puede esperar una interpretación mítica. Esta cuarta entrega no solo ha servido para volver a disfrutar de ver dinosaurios, también para ver cómo se las apaña el (posible) futuro Indiana Jones. Chris Pratt ha logrado en gracias a este largometraje tener la bendición de miles de personas para ser un gran Henry Jones Junior. En cuanto a los actores del reparto, en general no destacan, ya que no tienen momentos espectaculares que merezcan aplausos, pero defienden bien su papel.  

El guion parte 20 años después de los sucesos de Jurassic Park, aunque no se mencionan los ocurridos en la segunda y tercera entrega. La historia es muy simple, en una frase se resumiría todo el argumento, pero lo importante del guion son los guiños que hace a la primera entrega, ya sea con una camiseta, un final épico o simplemente un plano. Está hecho para hacer sentir nostálgicos a los fans y lo consigue. No tiene apenas sorpresas, más o menos uno se anticipa a todo lo que va a ocurrir. Sin embargo, si uno está muy metido en la película y logra conectar con sus personajes, disfrutará del curso de los acontecimientos.

Hay que añadir que el guion es muy realista en algunos aspectos, partiendo de la ficción que supone la existencia de los dinosaurios por supuesto. En Jurassic Park, Spielberg trató de demostrarnos que el ser humano no podía jugar a ser Dios y en la segunda entrega nos enseñó cómo los humanos querían seguir teniendo poder y su deseo por estar en lo más alto de la cadena alimenticia. Esta cuarta entrega incluye elementos actuales, como la guerra de Afganistán igual, y los traslada a ese contexto de ficción haciéndolo más realista.

No hace falta ver las anteriores entregas de la saga para ver esta película, pero, como hemos mencionado antes, aparecen muchos guiños y recomendamos que se vea la primera para disfrutar más esta cuarta.

Para finalizar, opinamos que esta película es otra muestra de que si se hace bien un trabajo y el objetivo principal es hacer disfrutar a los fans y no buscar cifras de beneficios desorbitadas, se puede reanimar a una saga que parecía haber encontrado su fin.

Nuestra nota: 7


domingo, 28 de junio de 2015

Los Vengadores: La Era de Ultrón

El 30 de abril de este año se estrenó en España Los Vengadores: la Era de Ultrón, la continuación de la historia de unos superhéroes que se unen con el fin de salvar el mundo. el director es el mismo que el de la primera parte, Josh Whedon, que también dirigió las series Buffy cazavampiros y Firefly, además de ser el guionista de Toy Story.

La película es de Marvel y constituye el segundo intento de la productora de unir todas sus historias en un largometraje, que colabora con la consolidación de una de las mayores franquicias de todos los tiempos. Algunos críticos afirman que han hallado un nuevo modo de crear sagas. La pega respecto a esto es que no se le ve un fin a las aventuras de los superhéroes.

Al ver el principio la impresión es más parecida a la de estar ante un videojuego que ante una película. Consideramos que es flojo, que rellena con escenas de acción sin parar y que su verdadero propósito es la presentación de personajes, que ya conocemos de otros largometrajes. Tan solo se trata de una tapadera para introducir a dos nuevos personajes.

Cada uno de los vengadores sigue con el mismo perfil que en otras películas, a pesar de haber pasado por situaciones cuya huella se debería notar en su personalidad. De nuevo, el triunfador del súper-equipo es Iron  Man, aunque el Capitán América y Thor se han hecho un hueco en el Olimpo, formando el trío esencial de la historia y dejando al margen a Hulk, la Viuda Negra y Ojo de Halcón, cuyo protagonismo se basa en relaciones sentimentales sin sentido.

Los dos nuevos personajes de la saga son Mercurio y la Bruja Escarlata, que tiene mucho más protagonismo que su hermano, al igual que todos los vengadores. Mercurio representa la pelea existente entre 20th Century Fox y Paramount, que ya se palpaba en X-Men: días del futuro pasado, donde aparece Mercurio aparece encarnado por Evan Peters, cuya interpretación lleva mucha ventaja a la de Aaron Johnson, el actor que sale en Los Vengadores.

Sin embargo, el que más consigue destacar es Ultrón, el antagonista de la película, que simboliza el alter ego de Iron Man. Sin duda nos parece un auténtico villano, ya que, además de imponer mucho y tener el típico propósito malvado de destruir el mundo, consigue que el espectador empatice con él y entienda su causa.

El guion tiene mucho más fondo que el de la primera parte, mezclando reflexiones sobre la existencia humana y la vida artificial. En la primera entrega, el guion se centró más en toques humorísticos y escenas de acción, mientras que esta va enfocada a asuntos más serios y nos adentra en los personajes. A su vez, trata de retomar la posibilidad de que haya desavenencias entre los miembros del equipo y, de nuevo, esta idea no culmina. Respecto al humor, hay algunos chistes que no vienen a cuento y el único que triunfa en este aspecto, como siempre, es Iron Man.

En esta película no faltan las escenas de acción. Después de haber visto las escenas de Mad Max: Fury Road uno aprende a distinguir cuándo una escena de acción está bien rodada y cuándo no. Algunas partes de la película no se ven bien, no de manera tan exagerada como en Transformers ni mucho menos pero a veces ocurre.

El epílogo  de la película responde al deseo de Marvel de continuar la saga, pero no han sabido cómo hacerlo para que no quedase forzado.

En definitiva, la película nos ha parecido entretenida y ha cumplido lo que prometía, aunque sinceramente no destaca y por esa razón muchas personas consideran que la primera es mejor que esta, puesto que se trataba de algo novedoso. No obstante, La Era de Ultrón es menos banal que su predecesora.


Nuestra nota: 7 sobre 10

martes, 9 de junio de 2015

La Novia Cadáver: tetricismo lineal

La Novia Cadáver es una película de Tim Burton que se estrenó en el año 2005. Es uno de sus trabajos más conocidos. Es un largometraje musical de dibujos animados hechos con plastilina utilizando la técnica stop motion, por lo que tiene un efecto más tridimensional. Se trata de una técnica de animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas. Hacer una película Stop Motion requiere mucho esfuerzo y personas pero es un método muy barato y en muchas ocasiones efectivo.

Al utilizar la técnica stop motion muchas personas la comparan con otro de sus clásicos Pesadillas antes de Navidad. En este caso lo único que tienen en común estos dos films es su director y que las historias son lúgubres.

El argumento se sustenta en una antigua leyenda ruso-judía. Cuenta la historia de Víctor, un joven a punto de casarse por un matrimonio negociado por sus padres y los de la novia, Victoria, que lo único que buscan de esta unión es el beneficio económico. Tras un fatídico ensayo de boda, Víctor sale a pasear de noche por el bosque y, tras recitar los votos correctamente, es atrapado por el cadáver de una novia que nunca llegó a casarse y desciende al mundo de los muertos.

La leyenda resulta apasionante, pero el problema principal reside en que viendo la película uno puede sentir que están alargando demasiado la historia y esto aburre. El film tiene algunas subidas pero casi todo el rato es muy lineal. Se podría decir que no tiene un ritmo constante.

Opinamos que la película, al ser de dibujos animados, está muy bien para atraer a los niños, pero que su historia no está hecha para el mundo infantil. No criticamos la historia en sí diciendo que es lúgubre y a los niños les asusta, sino que una película en carne y hueso en la que apareciesen actores de renombre ganaría mucho.

La banda sonora es parte de la narración de la historia, como en todos los musicales de Tim Burton.  La película tiene un aspecto a favor y es que no abusa de las canciones aunque algunas se vuelven muy largas y simples. Sin embargo, estas son necesarias para comprender el curso de los acontecimientos. La BSO de La Novia Cadáver está escrita por Danny Elfman un compositor que nunca ha fallado a Tim Burton y esperemos que nunca lo haga.

La novia cadáver es una de las obras donde se muestra el estilo de Tim Burton pero es solo una película más en su filmografía que no destaca. Un largometraje que nos gustaría recomendar del director es Ed Wood, rodado en 1994 y protagonizado por Johnny Depp.


Nuestra nota: 6,5

viernes, 22 de mayo de 2015

Reservoir dogs: menos es más

Reservoir dogs es una película que fue dirigida por Quentin Tarantino y se estrenó en 1992. Fue su primer trabajo como director, aunque había escrito los guiones de dos películas anteriormente. Tiene la virtud de permanecer en la memoria del espectador, proporcionando nuevos referentes, nuevos caminos para desmenuzar su significado y sobre todo nuevas propuestas de interpretación.

Quentin Tarantino es un cinéfilo de videoclub, amamantado con el cine de explotación de los años setenta, sin referencias existenciales a los títulos más clásicos. Tarantino no es una de las personas que se emocionan viendo el final de Casablanca. Su mundo, al menos como lo muestra en este primer largometraje y en sus guiones Amor a quemarropa y Asesinos natos, es  otro, muy distinto y totalmente ajeno a la cinefilia convencional.

Es un director influido por las películas de los años setenta, intenta coger todos los elementos e incluso a veces plagiarlos. No obstante, cabe plantearse si lo que algunos críticos han tachado de falta de imaginación o pura incompetencia creativa de Tarantino, no es en realidad la intención de moverse siempre en un terreno familiar, recreando la propia memoria  en un ejercicio de recuperación que atiende más al guiño y al juego con el espectador que a la más descarada práctica de plagio. En resumen, lo que busca es reproducir aquello que le gusta hasta confeccionar su propio microcosmos.

La historia gira en torno a una banda de delincuentes que son contratados para llevar a cabo un atraco. Sin embargo, la operación no sale según lo previsto y esto dará lugar a situaciones de lo más variopintas.

El argumento de este largometraje es un arma de doble filo. Unos podrán tacharlo de escueto, ya que en el curso de los acontecimientos prima lo simple; el director no se anda con rodeos y va al grano continuamente. Sin embargo, otros encontrarán en esta sencillez una forma sublime de hacer cine, debido a la capacidad del director de sacarle tanto partido a asunto no muy complejo.

No hay excesivas preocupaciones creativas porque cuando planifica un argumento en realidad está jugando con los personajes, con las situaciones y con el diálogo; no hay reflexiones existenciales, no mira el profundo pozo del alma y no le interesan las tragedias cotidianas. Él mismo no se toma en serio sus historias, tan solo bromea. Para él, el cine es un juego y esa diversión es la que el público percibe en sus películas. Es la característica que sus seguidores agradecen y probablemente ese descaro creativo es lo que ha convertido a Quentin en unos de los directores más importantes del cine contemporáneo.

Uno de los puntos clave es la manera de narrar los hechos. Tarantino usa diferentes líneas de acción para ir completando poco a poco la historia. Vuelve atrás en el tiempo, regresa al momento actual y ofrece los puntos de vista de los diferentes personajes, lo que le da mucha riqueza al relato. Además, el guion (una de las fortalezas de Quentin) hace de la película un thriller envolvente en el que unas situaciones, que por su naturaleza deberían ser tensas, saquen a la luz nuestro sentido del humor.

Lo  que caracteriza a las películas de Tarantino son sus diálogos. Es imposible olvidar la conversación que mantienen los dos asesinos de Pulp Fiction valorando las consecuencias eróticas de un masaje en los pies o la calidad de las hamburguesas europeas frente a las norteamericanas. Del mismo modo, uno no se olvida de cómo comienza Reservoir Dogs, con el discurso sobre el verdadero significado de la canción de Madonna Like a Virgin que da el propio Tarantino, desdoblado en el papel de director, guionista y actor.

La banda sonora hace regresar al espectador a los 70 y le confiere dinamismo al hilo argumental.

La gente critica a Tarantino por ser demasiado violento, pero con la agresividad de sus personajes en realidad está parodiando el cine de acción. Además, no se puede considerar que sea una violencia que pueda ofender al espectador, debido a que suele estar justificada.

Finalizamos este post con una frase que Tarantino dijo en respuesta a la pregunta de por qué pone tanta violencia en sus películas. Su contestación fue: “Porque es mucho más divertido”.


La calificación que le damos a este largometraje es un 8 (media de 7 y 9).

viernes, 15 de mayo de 2015

Mad Max: de vuelta a los 80

La nueva entrega de la saga de George Miller ha suscitado gran interés tanto a los fans que crecieron con ella como a las nuevas generaciones. Mad Max nace en 1979, año en el que se estrena la primera parte que, al igual que las dos posteriores, está protagonizada por Mel Gibson. El actor da vida al personaje de Max Rockatansky, un policía perteneciente a una etapa posnuclear, al que, conforme avanza la historia, le va consumiendo la locura de una sociedad distópica.

La cuarta película se estrena hoy y ha puesto sobre la mesa el debate consistente en si era necesaria la continuación de las aventuras de Max. Uno de los motivos de estas dudas es que el papel principal ya no lo desempeña Mel Gibson, sino Tom Hardy con Charlize Theron como coprotagonista, interpretando a la emperatriz Furiosa. Sin embargo, el hecho de que el director sea el mismo que el de los demás largometrajes hace de contrapeso frente a las opiniones que rechazan esta nueva entrega.

Mad Max 4 empieza pisando muy fuerte, con una introducción en la que se presenta al personaje de Max, recordando como diferentes acontecimientos de su pasado lo llevaron a su estado de demencia actual. Este comienzo nos muestra a un hombre perturbado, desencantado con la vida y que sucumbe a los instintos más primitivos para tratar de sobrevivir. 

El personaje principal apenas tiene protagonismo, por lo que la actuación de Tom Hardy se mantiene en su línea. Charlize Theron desempeña el rol de la emperatriz furiosa de forma aceptable, con algún momento destacable en cuanto a interpretación. El actor más sorprendente es el joven Nicholas Hoult (X-Men: Primera Generación), con un papel muy logrado aunque el giro argumental que se da en una parte del largometraje le resta credibilidad a su razón de ser.

Se trata de un film con un guion muy simple, que no destaca, con escasos diálogos pero que está muy bien estructurado. El único intento de conversación trascendental que se da no está planteado correctamente y, por tanto, no dejará huella. Las escenas de acción son continuas y resultan desbordantes, ya que no dejan descanso y esto puede generar bastante tensión en el espectador. No obstante, este aspecto resulta positivo en lo que se refiere a captar la atención, puesto que los abundantes momentos de clímax conforman un argumento potente, que atrapa y no deja desconectar.

George Miller nos vuelve a demostrar su talento como visionario, representando un futuro distópico bastante "realista". Al igual que en las otras películas, los escenarios consisten en paisajes desérticos y están bien conseguidos, así como el vestuario y el maquillaje, que son totalmente adecuados a la sociedad mostrada. El estilo del director permanece en esta entrega, usando sus característicos fundidos negros y planos detalle de los ojos. Además, se realizan alegorías al resto de la saga, con flashbacks de los terribles sucesos de la vida de Max y mostrando cuervos, recordando a la banda de moteros del primer film.

Se utilizan unos efectos especiales simplemente aceptables, ya que no introducen ninguna novedad en este campo. El gasto del suplemento en 3D no merece la pena, ya que este no brinda ninguna singularidad. En cuanto al atrezzo, resalta el uso continuado de un objeto en concreto, el volante de los habitantes de la ciudadela que en varias ocasiones tendrá un lugar importante en el hilo argumental. La banda sonora se ajusta perfectamente al relato, con guiños a la música de los 80 y con una canción que nos recuerda a la entrada de Di Caprio en Shutter Island.

Finalmente, tenemos que señalar que no es necesario ver las otras entregas de la saga para entender esta, ya que, como hemos dicho anteriormente, hay flashbacks que recuerdan los hechos cruciales del pasado de Max.

La nota que le damos a la película es un 8, ya que no nos ha parecido un largometraje digno de ser denominado como el peliculón del siglo, pero creemos que es buena.